5 Estrategias para cuidar al cuidador. Alzheimer
APARICIÓN DEL ALZHEIMER
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que deteriora la memoria y, por ende, la capacidad de pensar. Con el tiempo, se observan cambios en el comportamiento, como la pérdida de habilidades para realizar tareas simples y cotidianas, y alteraciones en la personalidad. El Alzheimer no es un proceso normal de envejecimiento, empieza mucho antes de que aparezcan los síntomas, se inicia con la pérdida de neuronas y sus conexiones.
CAMBIO EN LAS DINÁMICAS FAMILIARES
Hay un gran porcentaje de personas que se ven afectadas por esta enfermedad. Esto no solo incluye a las personas que padecen la enfermedad, sino también a sus familiares y amigos. Los cuidadores de las personas con Alzheimer a menudo experimentan una sobrecarga emocional y física ya que brindan apoyo en varias áreas de la vida del paciente. Les ayudan a bañarse y asearse, supervisan la ingesta de los medicamentos necesarios, les ayudan a manejar sus emociones, evalúan el entorno para que la persona con Alzheimer no corra riesgos y los llevan u organizan actividades para la estimulación. Gracias a sus cuidadores, las personas con Alzheimer son capaces de llevar una vida acompañada y con la dignidad propia de ser persona.
PERO, ¿QUIÉN CUIDA A LOS CUIDADORES?
Como he dicho antes, los cuidadores de las personas con Alzheimer pueden sentirse desbordados tanto emocional como físicamente, sobre todo durante el tiempo de adaptación. Darse al otro de esta manera tan definida, por esta enfermedad tan concreta, puede responder a una vocación que verdaderamente dé plenitud. Y para que la dimensión psicológica acompañe y la persona pueda integrar su psicología ante esta situación sin “romperse” (olvidarse de su ser y centrarse exclusivamente en el bienestar del otro), te propongo 5 estrategias para ayudarte.
5 ESTRATEGIAS PARA AYUDARTE COMO CUIDADOR
1. Participa en grupos de apoyo y comparte las experiencias con personas que puedan estar pasando por la misma situación, o tengan experiencia en ella. Esto puede ayudarte a descargarte emocionalmente y sentir apoyo emocional.
2. Establece rutinas en donde haya un tiempo de cuidado a la persona con Alzheimer y de cuidado a ti mismo. Esto te ayuda a guardar un orden en las tareas y reducir el estrés que puedes llegar a experimentar.
3. Mantén hábitos saludables. No renuncies a una vida sana, en la que puedas hacer deporte y llevar una dieta equilibrada. Trata de guardar espacios para realizar alguna actividad que te despierte emociones agradables y pueda activar tu alegría. Recuérdate el sentido que tiene tu labor. Despertar la alegría es uno de los más potentes motivadores para continuar.
4. Guarda momentos para realizar técnicas de manejo del estrés, tales como la respiración profunda o algunos audios de mindfulness.
5. Pide ayuda. Muchas veces, aunque nos cueste reconocerlo, no llegamos a todo. Siempre puedes dividir las responsabilidades con familiares o amigos que estén disponibles o, en caso de que esto no sea posible, con servicios de cuidado profesional.
En conclusión, la vocación de servicio pasa siempre por organizar un día a día que verdaderamente sostenga a quien sirve. “Cuidar al cuidador” para que pueda seguir dándose a los demás y transformando el mundo de quien tiene la suerte de estar a su lado.
Carmen Delgado, psicóloga en prácticas
Consulta clínica CAIF, de la Universidad Francisco de Vitoria